viernes, 29 de agosto de 2014

...y el running apareció en mi vida.

No corrían días de vino y rosas allá por el mes de Marzo de este mismo año, en mi “mochila” se acumulaban una decepción tras otra de toda índole y condición, las dos últimas mis fallidos intentos en volver a jugar al baloncesto de manera más o menos seria e intentar emular a Mireia Belmonte apuntándome al Club de natación de mi pueblo... huelga decir que a cada cual el ridículo fue más grande y por consiguiente mi autoestima cayó a los mínimos, ya ni el deporte, eso que tanto amaba desde bien pequeñito me daba alegrías.

Sin embargo dicen que el amor lo encuentras cuando menos te lo esperas y así fue como llegó (para quedarse) el “correr” en mi vida. Recuerdo ir andando por Gran Vía mientras escuchaba Radio Marca y recuerdo como un periodista que luego supe que era el gran Rafa Vega contaba sus aventuras como “maratoniano”, explicaba con una evidente emoción lo feliz que le hacía pese a no ganar nunca y que próximamente iba a estrenar un programa de temática 100% running en Discovery Max...algo en mi se despertó, aproveché que mi cumpleaños estaba cerca y me compré unas bonitas zapatillas Adidas de color azul y que según me explicó el amable dependiente me duraría unos 900 km, vamos que con estas tiro ya para toda la vida pensaba yo...ingenuo de mi.

El sábado 5 de Abril salía por primera vez del portal de mi casa con más miedo que vergüenza. ¿Me quedaría tirado a mitad del recorrido? ¿Se notaría demasiado mi inexperiencia? ¿Tendría sentido todo esto? Finalmente y tras dejar el bofe en la carretera terminé mi primera tirada, 4.5 km en 25 minutos y 13 segundos. Al acabar noté esa maravillosa sensación de felicidad que había leído en las revistas y libros que ya se me amontonaban en la mesita de noche, esa sensación de sentirse invencible, un doble de Supermán pero disfrazado de runner, las endorfinas estaban de fiesta en mi cuerpo tras tantos años de aburrimiento e hibernación.

Inmediatamente después vendrían mis primeras carreras populares, mi humilde progresión en tiempos y distancias ( pasé de súper patán a patán simple ) y sobre todo mi confirmación que había encontrado EL deporte, MI deporte. Pero eso ya será otra historia...






No hay comentarios:

Publicar un comentario